Como cuidarme mientras protejo a mis hijos

Por Monica Guerrero Vazquez 

Maribel tiene siete años. Le preguntamos cómo se siente ella cuando va a la escuela. Nos dijo: “Tengo miedo de que se vayan a llevar a mis padres y que cuando regrese a la casa ellos ya no estén” 

Estas palabras, tan sencillas y tan duras al mismo tiempo, muestran la realidad de miles de niños latinos en Estados Unidos. No son historias inventadas ni exageradas: son sentimientos que nacen de un ambiente de incertidumbre que golpea directamente la salud emocional de nuestras familias. 

Para cualquier madre o padre, escuchar a su hija decir algo así rompe el corazón. ¿Cómo consolar a un niño cuando ni los adultos sabemos qué pasará mañana? ¿Cómo explicar que hay cosas que están fuera de nuestras manos, como las leyes de inmigración o el trato que recibimos en la sociedad? 

La desesperación no es solo de los hijos. También es de los padres y cuidadores, que cargan con el peso de trabajar, sostener la familia aquí y, muchas veces, enviar dinero al país de origen. Se suma la presión de ser vistos como “ilegales” o criminales, cuando lo único que se quiere es una vida digna y segura. 

Frente a esa realidad, lo más importante que podemos hacer es recordar que no estamos solos. Y que, aunque no podemos controlar todo lo que pasa afuera, sí podemos cuidar nuestro bienestar y el de nuestros hijos desde adentro, en el día a día de nuestras casas y comunidades. 

Cuatro consejos para padres y cuidadores en tiempos de incertidumbre 

  1. Prioriza tu bienestar emocional

Es natural querer proteger a los hijos de todo, pero la verdad es que si tú no estás bien, es difícil que puedas ofrecer calma y seguridad. Reconocer tus propios sentimientos —tristeza, miedo, enojo o agotamiento— no te hace débil, te hace humano. 

Buscar momentos de descanso, compartir lo que sientes con alguien de confianza o practicar la oración, la meditación o simplemente salir a caminar puede ayudarte a liberar tensión. Recuerda: cuidar de ti mismo es también cuidar de tu familia. 

  1. Acepta que no todo está bajo tu control

Muchos padres sienten culpa por no poder garantizar la seguridad absoluta de sus hijos. Pero la vida nos enseña que siempre habrá cosas fuera de nuestro control: las políticas, las decisiones legales, las acciones de otras personas. 

Aceptar esta realidad no significa rendirse, sino enfocarse en lo que sí puedes manejar: tu manera de reaccionar, el ambiente en tu hogar, el amor y la estabilidad que das día a día. 

Puedes incluso practicar frases con tus hijos que reconozcan esta verdad de manera sencilla: 

  • “No tenemos todas las respuestas, pero sí tenemos nuestro amor y nuestra unión.” 
  • “Hay cosas que no podemos cambiar, pero aquí en casa siempre estarás seguro conmigo.” 
  1. Busca redes de apoyo

Uno de los errores más comunes es cargar con todo en silencio. Nadie debería enfrentar solo el miedo y la incertidumbre. Muchas iglesias, centros comunitarios, programas de salud y grupos de padres inmigrantes ofrecen espacios donde se puede hablar y compartir experiencias. 

Conectar con otros no solo brinda información práctica, sino también un sentimiento de alivio. Escuchar que alguien más vive lo mismo nos recuerda que no estamos solos y que juntos podemos resistir mejor. 

  1. Practica una comunicación transparente y compasiva

Revisa nuestro blog donde te damos más detalles sobre cómo comunicarte con tus hijos de manera asertiva. Para ayudarles cuando los hijos sienten miedo, en lugar de guardar silencio o dar respuestas que no son claras, debemos ser transparentes. Los niños perciben mucho más de lo que creemos. Ellos notan la tensión, los suspiros, las miradas preocupadas. Ser transparentes no significa contarles todos los detalles de las leyes o los problemas, sino hablar con sinceridad desde la compasión: 

  • Reconocer sus miedos: “Entiendo que tengas miedo, yo también a veces lo siento.” 
  • Asegurar la unión: “No importa lo que pase, siempre voy a hacer todo lo posible por cuidarte.” 
  • Validar sus emociones: “Lo que sientes es importante, puedes hablarlo conmigo.” 

La transparencia no elimina los problemas, pero sí da a los niños la certeza de que no tienen que enfrentarlos solos. Les enseñamos que la vulnerabilidad no es debilidad, sino una forma de compartir la carga entre todos. 

Recuerda que siempre nos queda la esperanza. 

Los hijos como Maribel no necesitan padres perfectos. Necesitan padres reales, que los miren a los ojos, que reconozcan los miedos y que, aun en medio de la incertidumbre, se esfuercen por ofrecer amor, estabilidad y palabras de ánimo. 

La desesperación de hoy no define nuestro futuro. Como comunidad latina, hemos aprendido a resistir, a reinventarnos y a apoyarnos unos a otros. Hablar de lo que sentimos, priorizar el autocuidado, aceptar lo que no controlamos y mantener una comunicación compasiva son pasos pequeños que hacen una gran diferencia. 

Recordemos siempre: cuidarnos como adultos es la base para criar hijos más fuertes, más seguros y más sanos emocionalmente. 

Recursos de apoyo a los padres en Baltimore, Maryland 

  • Red de Familias Maryland es una organización que ayuda a las familias a encontrar asistencia en el cuidado infantil. Para conocer los recursos llama al 800-999-0120 o visita la página https://tinyurl.com/MFN-locate 
  • Coalición de Familias de Maryland ayuda a las familias a navegar los sistemas de atención y conectarse con familias que pasan desafíos similares. Para obtener información, llama al 410-730-8267 o visita www.mdcoalition.org o rellena el formulario https://formstack.io/9A6E7 
  • Grupo de Apoyo Testimonios conecta a las personas que pasan experiencias similares y resuelven juntas. Puedes llamar al 410-550-1115 o rellena el formulario https://tinyurl.com/testimoniosregister 

Nota: Nuestros artículos no reemplazan el consejo de profesionales del cuidado de salud o consejería, deben tomarse como fuentes de información y educación. 

Este artículo ha sido publicado en Mundo Latino Newspaper y copias impresas del mes de octubre 2025 (página 24).

Fortalece tu Bienestar es una campaña de Centro SOL para acabar con el estigma sobre la salud mental y la depresión.  

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