Cómo salvar a nuestros jóvenes conectando más allá de las redes sociales

Por Monica Guerrero Vazquez 

Hoy, más que nunca, los jóvenes están creciendo en un mundo lleno de pantallas. Celulares, tabletas, videojuegos, redes sociales… todo parece girar alrededor de la tecnología. Pero detrás de cada pantalla, hay una historia silenciosa: jóvenes que se sienten solos, tristes o desconectados del mundo real. 

Estudios recientes sobre el comportamiento juvenil muestran que el uso excesivo de redes sociales no está uniendo a los jóvenes, sino todo lo contrario. Muchos sienten desolación, ansiedad y tristeza. En encuestas escolares, más de la mitad de las niñas reportan sentirse desesperanzadas, y las niñas latinas muestran índices aún más altos de depresión. 

La pregunta es: ¿cómo llegamos hasta aquí y, sobre todo, cómo podemos ayudarles a salir? 

La paradoja de la tecnología 

La tecnología no es mala en sí misma. De hecho, bien usada, puede ser una herramienta poderosa. Nos permite conocer lugares, historias y personas que de otro modo no podríamos alcanzar. Puede inspirar, educar y conectar familias separadas por la distancia. 

El problema surge cuando la tecnología reemplaza las conexiones humanas. Las redes sociales están diseñadas para mantenernos enganchados: cada “me gusta”, cada video, cada notificación libera una pequeña dosis de placer que hace que queramos volver una y otra vez. Pero con el tiempo, esa dependencia puede generar vacío, ansiedad y aislamiento. 

Cuando quienes usan las redes son adolescentes o niños, el impacto es aún más profundo. Su cerebro todavía está en desarrollo, y la forma en que procesan emociones, autoestima y relaciones puede verse afectada. En un solo clic, pueden encontrarse con contenido inapropiado o dañino. Poco a poco, se van desconectando del mundo real y de sí mismos. 

Los adultos también estamos en riesgo 

Muchos padres y cuidadores también usan las redes para “desconectarse” después de un día difícil. Es comprensible: el trabajo, las responsabilidades y el cansancio nos empujan a buscar momentos rápidos de distracción. 

Sin embargo, sin darnos cuenta, estamos modelando el mismo comportamiento que criticamos en los jóvenes. Si los hijos ven que pasamos más tiempo mirando una pantalla que conversando o compartiendo con ellos, aprenden que esa es la forma “normal” de relacionarse. 

Por eso, si queremos salvar a nuestros jóvenes, primero debemos reconectar como adultos. Retomar las conversaciones, las risas, las comidas en familia, los juegos de mesa o las salidas sin teléfono. Los jóvenes no solo necesitan límites: necesitan presencia. 

Cuatro consejos para ayudar al desarrollo saludable de los jóvenes 

  1. Establezcan acuerdos familiares sobre el uso de la tecnología

No se trata solo de poner límites, sino de crear acuerdos que todos cumplan, adultos incluidos. Por ejemplo: 

  • No usar teléfonos durante las comidas. 
  • Guardar los dispositivos una hora antes de dormir. 
  • Designar espacios libres de pantallas en casa. 

Cuando los adultos también siguen las reglas, los jóvenes las respetan más fácilmente. 

  1. Supervisa el contenido y el tiempo de uso

Los jóvenes necesitan orientación. Sé un adulto presente y vigilante: 

  • Revisa qué aplicaciones usan. 
  • Habla con ellos sobre los riesgos del contenido inapropiado. 
  • Reduce el tiempo en videojuegos o redes sociales, especialmente antes de dormir. 

No se trata de prohibir, sino de acompañar. Explicar el porqué de las decisiones crea confianza y respeto mutuo. 

  1. Promueve actividades reales y al aire libre

El cuerpo y la mente de los jóvenes necesitan moverse, sentir, explorar. Participar en deportes, campamentos o actividades sin tecnología fortalece su salud física y emocional. 

Salir al parque, caminar juntos o visitar un museo puede parecer simple, pero estos momentos ayudan a los jóvenes a reconectarse con su entorno y con sus propias emociones. Allí aprenden a lidiar con el aburrimiento, la frustración o la alegría, algo que las pantallas no enseñan. 

  1. Fomenta la comunicación asertiva y el diálogo familiar

Hablar con los jóvenes, escucharlos de verdad, sin juzgar ni interrumpir, es una herramienta poderosa. La comunicación asertiva, de la que ya hemos hablado en otros blogs, nos enseña a expresar lo que sentimos con respeto y empatía. 

Cuando los adultos practican este tipo de comunicación, los jóvenes se sienten más seguros para compartir lo que viven. A veces no necesitan consejos, solo sentirse escuchados.  

Volver a conectar para salvar el futuro 

Salvar a los jóvenes no significa alejarlos completamente de la tecnología. Significa enseñarles a usarla con propósito, sin que se convierta en su único medio de conexión. 

La clave está en equilibrar: usar la tecnología como herramienta, no como refugio. Revalorizar el contacto humano, el juego, la conversación, la creatividad. Recordar que lo que más necesita un joven no está en una pantalla, sino frente a él: un adulto presente, interesado y dispuesto a compartir tiempo real. 

El futuro de nuestros hijos depende de las conexiones que cultivemos hoy. Y para construir ese futuro, necesitamos reconectarnos primero como comunidad. 

Recursos de apoyo en Baltimore, Maryland 

  • Las bibliotecas públicas tienen libros, películas y eventos gratis para todas las edades. Además, disponen de internet, computadoras e impresoras gratis. Sólo debes registrarte como usuario y obtener un carnet de la biblioteca gratis. Aquí te dejo la información: 
  • Parques y Centros de Recreación ofrecen eventos y actividades familiares gratis todo el año, revisa su calendario en esta web https://bcrp.baltimorecity.gov/  

Nota: Nuestros artículos no reemplazan el consejo de profesionales del cuidado de salud o consejería, deben tomarse como fuentes de información y educación. 

Este artículo ha sido publicado en Mundo Latino Newspaper y copias impresas del mes de noviembre 2025 (página 24).

Fortalece tu Bienestar es una campaña de Centro SOL para acabar con el estigma sobre la salud mental y la depresión.  

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